sexta-feira, 16 de outubro de 2009

¡Che, que dilema, eh!



"Quizás esa fue la primera vez que tuve planteado prácticamente ante mi el dilema de mi dedicación a la medicina o a mi deber de soldado revolucionario. Tenía delante una mochila llena de medicamentos y una caja de balas, las dos eran mucho peso para transportarlas juntas; tomé la caja de balas dejando la mochila para cruzar el claro que me separaba de las cañas. (...) Cerca de mí un compañero llamado Arbentosa caminaba hacia el cañaveral. Una ráfaga que no se distinguió de las demás nos alcanzó a los dos. Sentí un fuerte golpe en el pecho y una herida en el cuello; me di a mi mismo por muerto. Arbentosa, vomitando sangre por la nariz, la boca y la enorme herida de la bala 45, gritó algo así como
¡Me mataron! y empezó a disparar alocadamente, pues no se veía nadie en aquel momento. Le dije a Faustino, desde el suelo, ¡Me jodieron!, Faustino me echó una mirada en medio de su tarea y me dijo que no era nada,(...) Alguien, de jodillas gritaba que habia que rendirse y se oyó atrás una voz, que después supe pertenecía a Camilo Cienfuegos, gritando: ¡Aqui no se rinde nadie, carajo!"

Manuscritos de Ernesto Guevara de la Serna - dezembro de 1956
do livro El Che Guevara - la biografia, de Hugo Gambini

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